Yo
el desconocido San Jose de la Cacharpaya
caminé tres días por desierto de Atacama
corría el año 1542 y
de noche, a veces, también corría yo
pues el frío es cosa de mierda en estos lares.
Buscaba, al perdido pueblo de la Camanchaca y
tuve visiones, sólo Dios sabe, visiones
con luces, manos que afeitaban mi cara en sueños
carros de fuego, tablas que graficaban, la idea del hombre.
Fueron días y noches febriles
hasta cuatrocientos años después
cerca de Iquique una mujer desnuda me enseño
que en las esquinas y los terminales
la gente te coopera con una monedita para comer.
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